Suspenso en educación sexual
- Mar Lacruz
- 13 abr 2023
- 4 Min. de lectura
Actualizado: 27 abr 2023
La diversidad afectivo-sexual se incorpora por ley en las aulas

Preservativos de sabores | Fuente: Unsplash
La educación sexual siempre ha sido una materia pendiente en los colegios de España y en el caso de la Comunitat Valenciana no es ninguna excepción. Pese a la inclusión del Programa de Intervención de Salud Sexual (PIES) en los centros educativos, los contenidos abordados en las sesiones han resultado insuficientes para revertir la situación. La diversidad sexual, la vinculación afectiva, la salud sexual y reproductiva o las nuevas masculinidades y feminidades son algunas de las temáticas que, en pro de la inclusión, la Ley Orgánica de la Educación (LOMLOE) pretende integrar en el nuevo currículo escolar.
El inicio de la educación secundaria coincide con el despertar sexual de muchos jóvenes. En los centros escolares, la educación afectivo-sexual se ha impartido, hasta la fecha, en forma de talleres explicativos abordados de forma superficial y poco realista. «El contenido de estas sesiones se reduce a ponerle el preservativo a un plátano. Sin embargo, la sexualidad abarca muchas más opciones, va mucho más allá», asegura Sara Soro, educadora social y sexóloga afincada en Benicarló, que tacha de «vergonzoso» el panorama educativo actual.
A raíz de la desinformación en educación sexual son cada vez más los jóvenes que toman como referente la pornografía. Según Soro, «el retroceso en cuanto a estereotipos de género y LGTBI-fobia entre los adolescentes es evidente». La sexóloga atestigua que, debido a los referentes pornográficos, las personas que acuden a sus sesiones presentan insatisfacción a la hora de establecer relaciones sexuales. «La pornografía se sirve de modelos machistas. El rol de la mujer es completamente pasivo y fomenta la cultura de la violación. Muchos adolescentes no consiguen excitarse sin consumir estos contenidos y es francamente preocupante», afirma. Por otra parte, más allá de las relaciones entre hombre y mujer, sostiene que la diversidad es «innegable».
Sin ir más lejos, la transfobia tiene en la etapa escolar su máximo exponente. La Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans y Bisexuales (FELGTB) apunta que un 58 % de las personas trans de entre 16 y 24 años ha sufrido algún tipo de agresión tránsfoba en la escuela. Un 40 % a través de insultos, seguido de acoso (25 %), amenazas (22 %) y ciberviolencia (18 %). «La falta de educación sexual comporta pensamientos retrógrados. Si desde las escuelas se fomenta una buena base educativa, el índice de acoso escolar por orientación e identidad sexual se verá reducido», añade Soro.
Entrevista a Sara Soro | Fuente: elaboración propia
Por otra parte, la carencia de referentes LGTBI en la enseñanza también flaquea. Noah Sánchez, modelo transexual natural de Castellón, defiende que la educación sexual no puede ser heteronormativa, sino que es necesario fomentar la diversidad: «Es triste, pero tenemos que normalizar lo que es normal. Si en los colegios ya se educa desde el principio sobre este tipo de realidades, la conciencia a posteriori será mucho mayor».
Entrevista a Sara Soro | Fuente: elaboración propia
Tras haber pasado por un proceso de transición y haberse convertido en la ganadora del certamen de belleza Miss T Star Spain, la joven alega que escuchar la experiencia personal de los demás es crucial para las personas transgénero, ya que hace que no se sientan solas ni confundidas al cuestionarse su identidad. «Todo lo que sean referentes siempre suma, dar cabida a este tipo de realidades siempre aporta. A veces basta con una simple historia personal para ayudar a los demás. Cada uno con su experiencia aporta lo que puede», relata Sánchez.
Entrevista a Noah Sánchez | Fuente: elaboración propia
Asimismo, para favorecer las relaciones afectivas y la construcción de la sexualidad, Sánchez considera que las redes sociales son una herramienta muy valiosa: «Cuando empecé con la transición no tenía las mismas facilidades con las que cuentan los jóvenes de ahora. Las redes sociales pueden servir de inspiración a mucha gente. Escuchar a alguien que ha pasado por la misma situación te puede dar la seguridad que necesitas para seguir adelante».
En base a su testimonio, Soro tilda de «feminista» y «diversa» la educación sexual que imparte en sus sesiones y reitera la necesidad de descubrir nuevas realidades. «Vivimos en una sociedad binaria que no distingue más allá de hombres y mujeres. En terapia, una persona no binaria me dijo que no descubrió lo que le pasaba hasta que no tuvo un referente», comenta.
Además, también menciona las dificultades con las que se encuentran las personas transgénero en el norte de Castellón: «Lo único que reciben en estos pueblos son ataques contínuos. Por tanto, se marchan». «Si hubiese una educación transversal –añade Soro– desde las primeras infancias, estas personas que no encajan en el sistema heteronormativo tendrían referentes y a nivel psicológico el camino se les haría más llevadero».
No obstante, Naiara Martínez, psicóloga especializada en cuestiones LGTBI, asegura que la diversidad afectivo-sexual ya se está empezando a abordar en las aulas de forma transversal: «En clase de matemáticas, por ejemplo, las realidades del colectivo se integran de forma indirecta en el enunciado de los problemas, de manera que no solo se trabajan este tipo de cuestiones con la celebración de las efemérides o invitando a expertos a hablar concretamente sobre un tema, sino que también se recogen en el contenido de otras asignaturas».
Aun así, Soro hace especial hincapié en la necesidad de fomentar programas de diversidad afectivo-sexual de forma sólida: «Por mucho interés que se tenga en integrar estas actividades en el aula de forma transversal, este tipo de enseñanzas no las puede ofrecer cualquiera. Es importante que el profesorado se informe y se deje aconsejar por profesionales de la sexología. De lo contrario, volveremos a caer en lo mismo».
Por tanto, aunque las intenciones de la LOMLOE son prósperas, a nivel institucional todavía no han dado su fruto. «No se está haciendo efectivo aquello de lo que se presume haber conseguido. Me iban a contratar en un instituto para impartir charlas de educación sexual a los alumnos de secundaria, pero todavía no he tenido la oportunidad de entrar en un aula de manera formal. En ocasiones, las AMPA tampoco cuentan con suficiente presupuesto para desarrollar este tipo de actividades», asevera Soro. En la Comunitat Valenciana, a día de hoy, el panorama resulta incierto.
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